Sin duda alguna y como creo que a todas nos ha pasado mis primeras sensaciones fueron realmente raras pues ya no era solo “yo”, éramos “nosotros”, saber que por fin has conocido a esa “parte de ti”. Es increíble como automáticamente dejas de lado tu persona para solo ser parte de “él” o “ella”, pasas a un segundo plano y solo sientes que debes protegerlo a toda costa de lo que sea, es cuando como yo le digo nos convertimos en mamas leonas, somos capaces de hacer lo que sea por verlos siempre felices.
-Mis
primeros pensamientos fueron, como puedo amar así de esta manera, a
este ser que solo conozco desde hace algunos días, y es cuando recuerdo
que nuestro vínculo no empezó desde que nos conocimos, sino que empezó
desde que supe que lo esperaba y el sabía que sería su mami, y es cuando
se pasa por mi cabeza la frase de “ el alma de nuestros hijos es quien
nos escoge a nosotros”, y creo que de tal manera tiene mucha razón, por
qué de alguna u otra manera son ellos quienes hacen que ese vínculo
empiece.
-Mis
sentimiento, ese algo que no tiene explicación pero que es muy pero muy
fuerte y si tiene nombre y se llama “amor”, y sin duda es el
sentimiento más fuerte que podemos sentir por nuestros hijos, esa
necesidad de amarlos, de cuidarlos, de protegerlos, de hacer lo que
fuese necesario por ellos, por qué todo nuestro mundo se basa en ellos, a
partir de regalarles la vida “y esta frase me gusta mucho” ¿por qué?
Porque desde el minuto 1 que nos convertimos en madres nuestra vida deja
de ser nuestra y pasa a ser completamente de ellos, en resumen
simplemente nos entregamos a nuestros hijos, y eso es en lo que se
convierten, las sensaciones, los pensamientos y sentimientos hacia
nuestros niños.
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